jueves, 28 de marzo de 2013

- ¿Cómo dices...?,¿Qué estoy gordo?+ Ssssordo, he dicho ¡sordo!



La mayoría de los extranjeros nos tacha de gritones, de no hablar, sino de chillarnos unos a otros.

Pero... ¿es esto cierto? o, por el contrario, ¿constituye un estereotipo más sobre los españoles?

Pues bien, esta vez la respuesta parece sencilla: los españoles hablamos muy fuerte, tanto que, en algunos lugares públicos como cafeterías o restaurantes, llegamos a producir a menudo tal bullicio que al final nadie entiende muy bien lo que le dice su interlocutor, y viceversa.

Pero... ¿por qué lo hacemos?, ¿por qué gritamos?

Sara Jana Radcliffe, doctorada en Psicología, nos lo explica en un artículo que ella misma ha escrito. Así, nos enumera dos de las causas o razones más frecuentes por las que gritamos:


  • Porque nos ayuda a deshagornos y evitar desarrollar úlceras: Pues bien, los españoles somos de los europeos que lleva una vida diaria más ajetreada. Nos pasamos el día en el trabajo, andamos con prisa de un lado para otro, comenos en un tiempo récord... y, por si eso fuese poco, al llegar a casa, muchas veces, los papás y mamás de España, se encuentran con hijos un tanto revoltos y rebeldes.
  •  Porque así nos han educado a lo largo de los años: Es común que un padre o una madre le grite a su hijo o hija para que le haga caso y obedezca. No es cuestión de gritar por gritar, sino más bien una cuestión de educación, pues consideramos que "un buen grito a tiempo" hace que nuestros hijos se conviertan en hombres y mujeres educados y de buen provecho en el futuro.

Sin embargo, no estamos diciendo que gritar sea bueno, pues no lo es. Gritar hace que los que están a nuestro alrededor se estresen, se depriman, se enfaden... Gritar hace que los hijos se formen una especie de rabia contra sus padres, lo cual crea un mal ambiente en casa y, en un futuro, puede provocar la anticipada independencia de los hijos en relación con sus padres. Además, gritar perjudica nuestra concentración, perturba nuestro sueño, etc.

Para finalizar, es pertinente recordar que, en España, existe un altísimo nivel de contaminación acústica por el tráfico, las industrias, los locales de ocio, las obras... y a ello aún le sumamos el ruido desagradable que proyectamos desde nuestras gargantas la mayoría de los españoles. Ello puede llegar a producir graves daños en la calidad de vida de las personas, por lo que es conveniente que pongamos un poco de nuestra parte para intentar evitarlo.


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