jueves, 28 de febrero de 2013

Españoles vagos y fiesteros, entre otras.



Circula por Europa, desde antaño, un curioso tópico sobre los españoles. Así pues, se dice que España es un país borracho de fiestas con imponentes mujeres que no pueden ir a los toros en minifalda porque sus novios y maridos, muy machos ellos, podrían perder los nervios. Además, también duermen la siesta por la tarde y se van de juerga por la noche, lo que constituye una eterna rueda de disfrute sin medida.
 Quizá la foto que hay en los álbumes europeos como recuerdo de España es la de un país de vacaciones. Pero, ¿qué ocurre el resto del tiempo? Las estadísticas cuentan que también hay lunes. La jornada de trabajo semanal española (38,4 horas) es mayor que la de países como Finlandia (32,8), Alemania (37,7) Italia (38) o Francia (35,6).
Por su parte, el calendario de días festivos también es superior al de todos esos países, al igual que  la jubilación, la cual llega, según la ley, a los 67 años y en la realidad, a los 62,3 años (un año por encima de la media de la UE).
“España nunca fue un país de vagos ni de perezosos, como se empeña el tópico. Tener fiestas no puede encasillarnos en un país de ociosos”, afirma Comisiones Obreras.

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